EDITORIAL // A NO DEJAR LA BASURA DEBAJO DE LA ALFOMBRA

A solo 4 días de las elecciones municipales y tras varios intentos fallidos de ocultar la información, la comuna capitalina decidió sincerarse acerca del uso de los 21 mil millones de guaraníes destinados a la lucha contra el Covid-19. Como era de esperarse, la estrella de la presentación fue la sobrefacturación.

 

Parece difícil de creer, pero quien prometía ser la salvación de una Asunción en pésimo estado, con calles bombardeadas, charcos de agua por doquier y hasta con una Terminal que a gritos pide ser refaccionada, terminó cayendo en el mismo juego que sus antecesores.

 

Nuevamente tenemos que hablar de un artículo “de oro”, y esta vez, le tocó al detergente. Una pequeña empresa, con sede en el Mercado N° 5, fue la beneficiada en las licitaciones convocadas por la Municipalidad de Asunción. Gs. 394.000 por litro era el precio de este insumo utilizado para la limpieza de recintos sanitarios, casi el doble del costo al que figura este producto en el mercado.

 

Pero este no fue el único producto que sufrió un brutal manoseo. También el saturómetro, elemento de vital importancia para el control de los niveles de oxígeno en pacientes con Covid, fue comprado a Gs. 885.000 por unidad, cuando el precio base en grandes cadenas de farmacias ronda apenas los Gs. 180.000. Por el costo al que la comuna adquirió este artefacto, se podrían haber comprado 5 unidades.

 

Podríamos seguir enumerando las irregularidades encontradas en la tardía presentación de esta valiosa información, que la Municipalidad de Asunción guardaba bajo siete llaves con la excusa de que quizás podría ser información sumamente delicada y pondría en riesgo a la comuna. Las mismas excusas de siempre, pero más elegantes.

 

Pareciera ser que se volvió costumbre el llegar a altos cargos, endulzar a los contribuyentes por cierto tiempo con obras y más obras hasta ganarse el cariño de estos y en el momento menos pensado -o el más oportuno para ellos- sacar las garras y comenzar a cargar sus bolsillos y el de los amigos a dos manos.

 

Esperemos que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto y asuman con total seriedad la investigación acerca esta vergonzosa licitación, y aunque tal vez ya no se pueda recuperar el dinero gastado, consiga dejar una alerta para los nuevos jefes comunales y, por qué no, de los mandatarios que ya están, de que la basura que se intenta esconder debajo de la alfombra tarde o temprano sale de nuevo a la luz y deja huellas bastante evidentes.